Antes que se dispute el Mundial de Qatar, la Argentina ya cuenta con un título: es tal vez el único país del plantea en tener una multiplicidad de tipos de cambio para el dólar. Y, a medida que crecen los reclamos desde distintos sectores económicos, surgen nuevas variantes que, a su vez, deben adaptarse a la falta de reservas por parte del Banco Central. “Lo que uno observa desde fuera es que la Argentina muestra, claramente, una crisis de confianza”,señala a LA GACETA el economista, MBA y docente de Macroeconomía en la Universidad del Valle (Colombia), Hermes Ruiz Rincón.
Según el experto en tecnología aplicada al Capital Humano, en cualquier parte del planeta existen ciertas reglas de juego claras y bien establecidas para que se produzca el intercambio de bienes y de servicios con otros países. “Si cualquier agente desea hacer negociaciones comerciales o, en otro escenario, realizar turismo en la Argentina, espera que haya un marco mínimo de estabilidad de cambio, de tal manera de saber cómo moverse en ese país”, expone. Y, a la vez, agrega: “si en la Argentina conviven 14 tipos de cambio, naturalmente que cualquiera puede pensar que está frente a una incertidumbre brutal que afecta notoriamente la credibilidad del país”. “En consecuencia -puntualiza-, cualquiera que intente hacer transacciones con los argentinos no sabrá a qué tipo de cambio atenerse, lo que causa una crisis de confianza o que esa confianza esté cercana a cero”.
Ruiz Rincón sostiene que en un plan cambiario de esa naturaleza pierden todos. Pierde el país, los empresarios y los mismos ciudadanos que observan una economía en la que hay señales de descontrol o de poca estabilidad y eso, indudablemente, es una pésima señal para aquellos que pongan sus ojos en la Argentina”.
Según el analista bursátil, Christian Buteler, a nadie debe sorprender que los dólares informal y financieros tiendan a buscar el nuevo valor de referencia que les deja el dólar Qatar. Por caso, remarca, el paralelo “va a ir acortando la brecha con el dólar tarjeta hasta que lo supere y se va a quedar arriba, podrá tardar una o dos semanas, no creo que mucho más”. En ese sentido, el experto manifiesta que “siempre pasó eso, porque no es lógico que un dólar totalmente libre, sin ningún tipo de control por parte del Estado, sea inferior al dólar controlado que tiene que ser comprado con plata en blanca”. Para él, el problema no está en los dólares que salen, sino en los que no ingresan por tantas regulaciones y cepos.